Durante un vuelo de prueba, el aparato no tripulado abasteció un caza F/A-18 Super Hornet de la Fuerza Aérea de EEUU a través de una manguera extensible, algo que Boeing calificó de "evento histórico".
Durante la parte inicial de la maniobra, el piloto del F/A-18 se acercó a unos seis metros de distancia para asegurarse de la estabilidad de la aeronave. Ambos aparatos volaban a una altitud y con una velocidad operacionalmente relevante. Una vez que el militar evaluó la condición del dron, conectó su caza a la manguera para recibir el combustible.
"Este equipo de profesionales era parte integral del exitoso vuelo", declara el contralmirante Brian Corey, quien supervisa la Oficina del Programa Ejecutivo para la Aviación No Tripulada y las Armas de Ataque.
Agrega que la Armada de EEUU tiene previsto continuar colaborando con Boeing en este ámbito.
El primer prototipo del Boeing MQ-25 Stingray, fabricado por Boeing para la Armada de EEUU, realizó su primer vuelo en septiembre de 2019. El aparato no tripulado está equipado con un motor Rolls-Royce AE 3007N de 4.500 kilopondios.