"Hay temor de que el sistema SWIFT pueda ser arrastrada a esa espiral de sanciones", dijo a Sputnik el director del Departamento de la Cancillería rusa para la Cooperación Económica, Dmitri Birichevski.
El diplomático consignó que las amenazas provienen básicamente de Estados Unidos.
Birichevski cuestionó las restricciones unilaterales impuestas contra su país con distintos argumentos, remarcando que solo el Consejo de Seguridad de la ONU tiene esa potestad.
"Las medidas que adoptan los países occidentales son, más bien, barreras para proteger a sus productores y sus intereses propios en el escenario mundial", puntualizó.
SWIFT, con sede en Bélgica, es un sistema interbancario de transferencia de información para facilitar las transacciones al que están conectadas más de 11.000 entidades financieras en casi todo el mundo.
Algunos medios especulan a menudo que Estados Unidos y los países de su órbita en Europa podrían desconectar a Rusia del SWIFT en medio de la pugna geopolítica que mantienen.
Ante los riesgos de una posible desconexión, el Banco de Rusia creó una estructura similar a SWIFT al que ya se han unido más de una veintena de instituciones de Alemania, Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Suiza.
Birichevski llamó a los países occidentales a despolitizar la economía y subrayó que todos los agentes económicos están interrelacionados.
"Creo que no nos desconectarán del sistema SWIFT en un futuro próximo y posiblemente nunca, pero si eso ocurriera el país debe estar preparado para poder comerciar bienes y servicios con sus principales socios", apuntó.