"No hay ninguna otra compensación, es una relación de alto nivel, estratégica, que trasciende más allá de las vacunas, pero no tenemos ese condicionamiento (tierras raras)", dijo a ese medio el viceministro de Comercio Exterior, Benjamín Blanco.
Las tierras raras son elementos químicos poco conocidos que tienen gran demanda de las industrias tecnológicas y de armamento.
Según la publicación, "Blanco dijo que quería desmentir categóricamente que haya un compromiso o solicitud del Gobierno ruso de poder tener una participación en minerales o tierras raras y que para este tipo de acusaciones se debe tener un fundamento".
El funcionario añadió que el Gobierno boliviano pidió a su par ruso que revele los detalles del contrato sobre las vacunas, antes del plazo acordado de tres años, "para despejar las dudas y especulaciones que han surgido".
El supuesto condicionamiento ruso incluido en una cláusula de confidencialidad del contrato de vacunas fue divulgado por la publicación digital Siglo 21, que citó una fuente del semanario británico The Economist.
Blanco, quien dijo que participó directamente en las negociaciones con el Fondo de Inversión Ruso que distribuye las vacunas, consideró "descabellada" la versión del medio digital y aseguró que el contrato es similar a los que Rusia firmó con otros países, incluso en el precio "un poco menor a 10 dólares por dosis".
El contrato de vacunas entre Rusia y Bolivia prevé la provisión de 5,2 millones de dosis de Sputnik V.