Las aventuras de este semental, de unos 800 kilogramos, comenzaron al caer por una pendiente empinada desde el prado en el que habitualmente pasta en el concejo asturiano de Gozón. Bolero quedó atrapado en el acantilado.
Su dueño avisó a los servicios de veterinarios y de rescate del departamento de Bomberos de Asturias. Pero los primeros intentos de liberarlo, fracasaron debido a su tamaño. Fue entonces cuando pidieron apoyo aéreo.
Bolero fue sedado, enganchado e izado sobre el golfo de Vizcaya hasta que aterrizó en su prado. ¡Vaya aventura! Lástima que no haya estado consciente para recordarlo.