"Resulta imposible mantener la labor de la red de oficinas de Navalni en su estado actual: se expondrían de forma inminente al artículo sobre extremismo, con penas de prisión para empleados, colaboradores y ayudantes. Ningún cambio de marca nos ayudaría, ni siquiera podríamos hacer ver que somos una organización diferente... Lamentablemente, es imposible trabajar en estas condiciones. Disolvemos oficialmente la red de oficinas de Navalni", anunció Vólkov desde su canal de YouTube este 29 de abril.
La Fiscalía de Moscú sostiene que tres organizaciones vinculadas a Navalni —la Fundación para la Lucha contra la Corrupción (FBK), la Fundación para la Defensa de los Derechos Ciudadanos (FZPG), ya etiquetadas de agente extranjero en Rusia, y la red de oficinas de Navalni— promueven la desestabilización política y social y han de ser declaradas extremistas.
Dicho calificativo haría imposible la labor de estas ONG en Rusia; sus emblemas quedarían proscritos; los activistas, militantes de base y hasta simples donantes se expondrían a sanciones penales; y los medios no podrían mencionarlas sin recordar su condición de extremistas, según los expertos consultados por Sputnik.
Hoy en día, la lista de organizaciones extremistas que mantiene el Ministerio de Justicia de Rusia incluye ya a más de 80 asociaciones públicas y religiosas.
Caso del bloguero opositor Navalni
El 2 de febrero una corte revocó la libertad condicional a Navalni. Fue condenado a 3,5 años de prisión, incluidos los 10 meses que pasó bajo arresto domiciliario.
A Navalni se le imputan los delitos de estafa contra Yves Rocher y apropiación ilícita de fondos de Kirovles.
Occidente exige su liberación inmediata.
En agosto de 2020, Navalni se sintió mal durante un vuelo, lo que obligó a realizar un aterrizaje de emergencia. Laboratorios europeos determinaron que había sido envenenado con un tóxico del grupo Novichok.
Moscú rechaza esta versión y la considera infundada.