"Desde su lanzamiento hace tres años, la estrategia de reubicación interna ha ayudado a mejorar significativamente la calidad de vida de casi una de cada cinco personas originarias de Venezuela que se encuentran en Brasil", dijo ACNUR en un comunicado publicado en su página web.
Según una encuesta realizada por ACNUR con 360 familias venezolanas reubicadas, más del 77% encontró empleo a las pocas semanas de llegar a su destino en comparación con solo 7% que estaba empleado en Roraima.
"Como resultado, las familias informaron que entre seis y ocho semanas después de establecerse en una nueva ciudad, sus ingresos habían aumentado. Previo a la reubicación, seis de cada diez de las personas entrevistadas vivían en alojamientos temporales y 3% no tenían hogar. Cuatro meses después de ser reubicados, ninguno dormía a la intemperie", agregó.
La estrategia de reubicación es parte de la Operación Acogida, la respuesta del Gobierno Federal a la afluencia de personas refugiadas y migrantes de Venezuela a Brasil.
"La estrategia de reubicación interna ha demostrado ser efectiva en brindar a las personas desplazadas de Venezuela la oportunidad de un nuevo comienzo. Constituye una práctica modelo, tanto para la región como para el mundo", señaló José Egas, representante en Brasil de ACNUR.
A pesar del COVID-19, más de 1.000 personas venezolanas han sido reubicadas de manera "segura" cada mes, dijo la agencia.
"La respuesta implementada por el Gobierno brasileño ha ayudado exitosamente a decenas de miles de personas venezolanas a reconstruir sus vidas en el país con dignidad".
De acuerdo con estadísticas gubernamentales, aproximadamente 260.000 personas refugiadas y migrantes de Venezuela viven actualmente en Brasil.
Los esfuerzos de reubicación voluntaria a través de la Operación Acogida cuentan con el apoyo de la Plataforma de Coordinación para Refugiados y Migrantes de Venezuela, compuesta por 48 organizaciones de la sociedad civil y de las Naciones Unidas.
El Plan de Respuesta para Refugiados y Migrantes de la plataforma R4V para Brasil requiere 98 millones de dólares, dijo ACNUR.