Los nuevos renders de la cabina de pasajeros del avión que Exosonic está diseñando por encargo del Pentágono, dan una idea de cómo será el interior de la aeronave que tendrá que volar a una velocidad que supera dos veces la del sonido.
De hecho, la Fuerza Aérea le otorgó a la empresa un contrato por valor de un millón de dólares y una duración de 24 meses tras quedarse impresionada con el concepto del avión supersónico que esta desarrolló. En particular, una de las principales características de la nueva aeronave será el hecho de que debería tener una explosión sónica silenciada, lo cual le permitiría sobrevolar superficies terrestres.
Así, el avión presidencial propuesto por la compañía es en realidad el mismo que la compañía está desarrollando para el mercado del transporte aéreo comercial, pero con una capacidad disminuida de 70 a tan solo 31 pasajeros. En teoría, la aeronave debería poder volar a una velocidad de hasta 2.220 km/h.
Según comentó a Daily Mail la principal diseñadora de interiores de Exosonic, Stephanie Chahan, el principal punto fuerte de la cabina de pasajeros de la aeronave es su flexibilidad. Esta está dividida en tres partes, una de las cuales tiene sitio para tres pasajeros e incluye la posibilidad de llevar a cabo una teleconferencia segura en pleno vuelo.
La segunda mitad de la cabina está pensada para los miembros de la administración presidencial y los invitados, y tiene ocho asientos. Estos asientos se reclinan por completo para que los pasajeros puedan dormir.
La tercera tiene 20 asientos de la clase ejecutiva, con dos cocinas y baños. Chahan destacó también a CNN que la empresa planea implementar nuevas tecnologías nunca vistas en aeronaves comerciales y ejecutivas, sin especificar exactamente cuáles serán estas.
Está previsto que el avión, que debería tener una autonomía de unos 9.000 kilómetros, debería alzar vuelo a mediados de los años 2030.
Actualmente, el papel de avión presidencial estadounidense lo desempeñan dos VC-25A, una versión del Boeing 747-200, que llevan el nombre de Air Force One cuando el presidente del país norteamericano se encuentra a bordo.
Sin embargo, se trata de unas aeronaves que llevan mucho tiempo en servicio: fueron adquiridas cuando Ronald Reagan aún era presidente, y fueron introducidas en servicio durante la presidencia de George H.W. Bush. Actualmente, deberían ser reemplazadas por los VC-25B: unos Boeing 747-8 profundamente modernizados, que fueron originalmente construidos para la aerolínea rusa Transaero que se quedó en quiebra antes de llegar a recibirlos.