El Capitolio y los edificios adyacentes han tenido que ser temporalmente cerrados tras el ataque, aunque la mayoría del personal no se encontraba en el interior de los edificios en el momento del asalto debido a las vacaciones de Semana Santa. Casi 2.300 agentes de la Guardia Nacional se han desplegado para proteger el Capitolio, informó a los medios el portavoz del Pentágono, Chris Mitchell.
El atacante, un joven afroamericano identificado como Noah Green, fue abatido a disparos en el lugar del incidente luego de que salió del vehículo y blandió un cuchillo. Green supuestamente padecía problemas de salud mental y era seguidor del grupo radical Nación del Islam.
El secretario de Seguridad Nacional de EEUU, Alejandro Mayorkas, afirmó que "aún queda mucho por aclarar" del violento ataque. Por su parte, el presidente, Joe Biden, declaró estar devastado a raíz del asalto y ordenó colocar la bandera de la Casa Blanca a media asta.