"Pedimos poner fin a la violencia y establecer un proceso político inclusivo y transparente que sea aceptable para todos los etíopes, incluidos los de Tigray, y que conduzca a elecciones creíbles y a un proceso de reconciliación nacional más amplio", dice el comunicado conjunto del G7 publicado por el Servicio Europeo de Acción Exterior.
Los países, según la nota, condenan "el asesinato de civiles, la violencia sexual y de género, los bombardeos indiscriminados y el desplazamiento forzado de residentes de Tigray y refugiados eritreos".
El grupo G7, además, llama a las partes del conflicto a ejercer la máxima moderación, garantizar la protección de los civiles y respetar los derechos humanos y el derecho internacional.
El texto recuerda que la Comisión de Derechos Humanos de Etiopía y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos acordaron investigar de manera conjunta los abusos de los derechos humanos cometidos por todas las partes del conflicto en Tigray.
"Es fundamental que haya una investigación independiente, transparente e imparcial sobre los delitos denunciados y que los responsables de estos abusos de derechos humanos rindan cuentas", señala la nota.
El comunicado añade que los países del G7 acogen con beneplácito la declaración del primer ministro etíope, Abiy Ahmed Ali, sobre la retirada de las tropas eritreas del Tigray y esperan que este proceso sea "rápido, incondicional y verificable".
El pasado 4 de noviembre, las autoridades etíopes lanzaron una operación militar en Tigray, tras acusar al Frente de Liberación Popular de Tigray (FLPT), el partido gobernante en esa región, de haber atacado dos bases del ejército federal.
El FLPT negó el ataque y acusó a Adís Abeba de inventar un pretexto para la intervención militar.
El primer ministro etíope anunció a finales de noviembre pasado el fin de la operación militar en Tigray, no obstante luego se informó de nuevas hostilidades.