"Rusia sigue siendo un adversario militar para Ucrania", señala el texto.
Los estrategas militares de Zelenski afirman que Moscú supuestamente amenaza la soberanía y la integridad territorial del país.
Por su parte, el senador de Crimea Serguéi Tsekov dijo a Sputnik que la nueva estrategia de seguridad militar de Ucrania está encaminada a aumentar las tensiones en las relaciones con Rusia en lugar de mejorarlas.
"La estrategia militar de Ucrania busca agravar la situación en Donbás, empeorar las relaciones con Rusia", declaró Tsekov.
Aunque, en su opinión, cualquier estrategia de Kiev debería tener por objetivo "hacer todo lo posible para mejorar las relaciones con Rusia".
El senador subrayó que hasta que las autoridades de Kiev lo entiendan, Ucrania permanecerá en un conflicto permanente con Rusia, siendo "una herramienta en manos de Occidente".
"Por el bien de la misma Ucrania, debe esforzarse al máximo posible para mejorar las relaciones con Rusia", afirmó.
El diputado de la Duma de Estado (Cámara Baja del Parlamento ruso) de Crimea Mijaíl Sheremet también cuestionó la nueva estrategia de Ucrania.
"Kiev no se ha dado cuenta hasta el momento que el desarrollo de Ucrania solo es posible en amistad y cooperación con Rusia, todas las estrategias, planes y directrices restantes son suicidas para el país y están dirigidas a su destrucción", indicó Sheremet a Sputnik.
En su opinión, Occidente necesita a Ucrania solo en calidad de "un instrumento para debilitar a Rusia".
En este contexto, el diputado lamentó que el Gobierno actual de Kiev "destruya deliberadamente los contactos seculares con Rusia, tratando de obtener el mayor beneficio de la cooperación con los patrones occidentales".
Las relaciones entre los dos Estados se deterioraron en 2014 tras la incorporación de la península de Crimea a Rusia en virtud de un referéndum en el que más del 96% de los votantes avaló esta opción, y el estallido del conflicto en Donbás, en el sureste ucraniano, entre las fuerzas del Gobierno de Kiev y las milicias que luchan por la autonomía de las provincias de Donetsk y Lugansk.
Las dos regiones se proclamaron repúblicas populares en respuesta al golpe de Estado que se produjo en febrero de 2014 en el país.
El Gobierno de Ucrania acusa a Rusia de apoyar a las milicias, algo que desde Moscú han rechazado categóricamente.
Los Acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015 con la mediación de Rusia, Alemania y Francia, sentaron las bases para una solución política del conflicto entre el Gobierno ucraniano y las milicias, pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia.