"La enviada especial del secretario general para Birmania, Christine Schraner Burgener, sigue profundamente preocupada por la violencia en curso cometida por las fuerzas de seguridad del país y hace un llamamiento para que se respeten los derechos básicos y las normas democráticas en el mayor interés de la prosperidad de la nación bajo el gobierno civil", dice el texto.
Agrega que la enviada pide a las fuerzas armadas "la máxima moderación".
Schraner Burgener dijo que cree que el ejército de Birmania se ha vuelto contra los ciudadanos del país en lugar de garantizar la paz y defenderlos.
También expresó su solidaridad con el pueblo de Birmania y ratificó su compromiso con la paz.
Además, pidió al régimen militar que libere a todos los funcionarios detenidos, incluido el presidente U Win Myint y la consejera de Estado Aung San Suu Kyi.
Estado de emergencia
El 1 de febrero, el ejército de Birmania derrocó al Gobierno civil y declaró un estado de emergencia de un año.
Los militares arrestaron a la consejera de Estado y al presidente por presunto fraude electoral y luego, por cargos de violar las restricciones del COVID-19.
El golpe desencadenó protestas masivas que continúan por sexta semana.
Más del 70% de los empleados del Gobierno se han unido al movimiento de desobediencia civil en el país.