El evento fue realizado por miembros de la ONG AnimaNaturalis. Los activistas protestaron desnudos manchados de sangre falsa, simulando ser carne humana envasada a la venta.
Según Cristina Ibáñez, coordinadora de la organización en Barcelona, el objetivo de la acción es hacer reflexionar “acerca de la relación que hay entre nuestro apetito por la carne y las consecuencias catastróficas que tiene el consumo de la misma. Y no sólo para los animales que evidentemente sufren un infierno, sino también para el planeta y para nosotros mismos".