La niña, desaparecida durante 70 horas, fue encontrada viva en la ciudad de Luján en compañía del hombre que había sido señalado como el presunto secuestrador, Carlos Alberto Sierra (o Savanz). Las fuerzas de seguridad detuvieron inmediatamente al sospechoso.
Más de 1.000 agentes de Policía, acompañados de perros rastreadores, y con la ayuda de helicópteros y drones buscaron exhaustivamente a Maia en la periferia de Buenos Aires durante tres días.
Luego de la denuncia hecha por la mamá de Maia, el caso quedó a cargo de la fiscal Laura Belloqui, de la Fiscalía nacional en lo Criminal y Correccional 54, quien coordinó la investigación a través de un comité de crisis tras considerarse un caso de "extrema gravedad".
La menor fuera raptada en la mañana del 15 de marzo en Villa Lugano por un hombre identificado más tarde como Carlos Alberto Sierra, de 39 años. Este había conocido a la madre de Maia semanas atrás e iniciado con ella un vínculo amoroso.
Tras el secuestro, Luis Sierra, el hermano del sopechoso, contó al canal argentino TN que su familiar tiene varias causas abiertas por abuso de menores y que incluso llegó a hacer lo mismo con su sobrino, aunque no precisó que se tratara de abuso sexual.