Como su nombre sugiere, la principal atracción del evento, que reúne a miles de personas cada año, son los monjes que caminan descalzos sobre las brasas ardientes de madera.
El objetivo del ritual es que los monjes se limpien de los espíritus malignos, además de orar por la paz mundial, la prosperidad y la buena salud.
"Hemos estado rezando para curar enfermedades durante mucho tiempo. No pudimos hacerlo el año pasado por el coronavirus que se estaba propagando. Pero este año sí, porque el papel del templo, que reza por el fin de la pandemia, es muy importante, así que lo llevamos a cabo", declaró el monje Kamimura Gosho.
Después que se apagan las llamas, el público es invitado a participar del ritual. Una vez que bajan las temperaturas de las brasas, aunque permanecen calientes, es posible que prácticamente cualquiera camine sobre ellas sin quemarse los pies.