"Vamos a tener que aglutinar esfuerzos para demostrar que las políticas y que la forma de vivir en Madrid va en una forma absolutamente distinta a la del comunismo", dijo Ayuso (del conservador Partido Popular) en rueda de prensa.
Tras conocer la decisión de Iglesias, la presidenta de la Comunidad de Madrid respondió cambiando su lema de campaña en las elecciones regionales, que a partir de ahora pasará a ser "comunismo o libertad".
En un discurso muy duro, Ayuso cargó contra Iglesias asegurando que sus políticas representan "caos", "odio", "pobreza" y "colas del hambre", por lo que defendió que quienes parten ideológicamente del "centro-derecha" se van "a tener que unir" para forzar el fracaso de su candidatura.
La postulación de Iglesias como candidato en Madrid sacude la política española provocando cambios en el Gobierno central y en el liderazgo de Unidas Podemos, pero al mismo tiempo —a falta de saber qué dicen las encuestas— el movimiento puede servir para revitalizar las opciones de la izquierda para gobernar la región capitalina.
"Los españoles me deben una: hemos sacado a Pablo Iglesias del Gobierno", bromeó Ayuso, que en estos comicios busca afianzarse como una de las principales líderes del Partido Popular mediante un giro a la derecha que puede tener reverberaciones nacionales y facilitar el acercamiento entre los conservadores y la ultraderecha de Vox.
Por su parte, el líder nacional del Partido Popular, Pablo Casado, también llamó a "unir al centro derecha" de cara a los comicios madrileños y llamó la atención sobre las consecuencias a nivel nacional del movimiento de Iglesias, que a su modo de ver provocan que el Gobierno de España "se tambalee".
"Ven la política como un tablero de ajedrez (...) pretende poner sus figuras en contra de la estabilidad política", dijo Casado durante un coloquio económico celebrado en la Universidad de Barcelona.