Se procede así a destruir de manera simbólica cerca de 1.400 armas. El 90% de ellas han sido incautadas a la banda terrorista ETA utilizadas por una decena de comandos de ETA desarticulados entre los años 1978 y 2002, y el 10% restante pertenecían al Grapo.
El acto, que tiene un carácter simbólico, se celebra en el Colegio de Guardias Jóvenes Duque de Ahumada de Valdemoro de Madrid. Una vez finalizado, las piezas se llevarán a la fundición.
Con este acto se inicia el proceso de destrucción definitiva de estas armas que permanecían bajo custodia de la Intervención de Armas de la Comandancia de Madrid de la Guardia Civil. Las armas se incautaron en operaciones llevadas a cabo entre los años 1977 y 2005.
De este modo, se destruyen 697 pistolas, 172 revólveres y 274 subfusiles; el resto son fusiles de asalto, rifles de precisión y escopetas de ánima lisa.
"Quien entrega las armas acepta la derrota. Se levanta acta aquí, una vez más, de la derrota de ETA frente a la democracia española, la derrota de las balas frente a los votos", dijo el presidente del Gobierno de España frente a un auditorio en el que había representantes de las víctimas del terrorismo y de todos los cuerpos policiales que operan en el territorio español.
Sánchez también consideró que la destrucción del arsenal contiene "un gran simbolismo en la larga lucha contra el terrorismo, que tan dolorosa fue para nuestro país", según expresó solemnemente a los asistentes.
Antes de estas palabras, una apisonadora pasó por encima de todas estas armas, que estaban extendidas en el patio de la escuela policial, para inutilizarlas.
El acto estuvo organizado por la Presidencia del Gobierno y por el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo.
Su director, Florencio Domínguez Iribarren, periodista de profesión y conocido por sus libros en los que analiza el fenómeno terrorista en España, recordó cómo en total fueron asesinadas por el terrorismo en España 1.451 personas y otras 5.000 resultaron heridas.
"Al reivindicar a las víctimas, reivindicamos la superioridad del Estado de Derecho, frente a quienes recurren a la violencia", recordó Florencio Domínguez a los presentes.
Además del presidente del Gobierno, estuvieron presentes en el patio de la escuela policial seis de sus ministros; sin embargo, no acudió ningún político de la oposición.
Sin embargo, el acto ha suscitado críticas de las víctimas del terrorismo. El Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) ha rechazado su invitación considerando que se trata de un acto "propagandístico". La presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez, asegura que "jamás" irían a un acto público "en el que se destruyen pruebas que han podido servir para esclarecer los asesinatos de nuestros familiares".
27 de junio 2020, 07:00 GMT
"Nos han asegurado que las armas que se van a destruir ya no tienen valor judicial para futuras investigaciones, pero es lógico que tengamos dudas sobre si servirían para esclarecer alguno de los más de 350 crímenes de ETA que todavía están sin resolver", ha dicho.
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