La crisis económica que atraviesa el país se traduce en largas colas de familias que solicitan alimentos gratuitos en las puertas de organizaciones benéficas.
Son más de cuatro millones de ciudadanos los que están sin empleo. Según explica Inmaculada Giménez, portavoz de la Fundación Madrina, el perfil de las personas de las llamadas "colas del hambre" es variado.
"Ves arquitectos, ves enfermeras, ves gente que nunca podrías pensar que podrían estar en unas colas del hambre".
Desde el Ministerio de Trabajo explican que esta situación está directamente relacionada con las restricciones que se han impuesto a raíz de la tercera ola. Son muchos los negocios en todo el territorio nacional que se han visto obligados a cerrar sus persianas debido a la baja facturación.
"Si la situación no mejora, si el negocio y las empresas siguen cerradas o con ERE, se va a ver notablemente incrementado [el número de desempleados], como dije antes, y como vimos durante todos estos meses. Pensamos que iría a menos, pero no, va a más".
Además, explica que la distribución de alimentos por parte de organizaciones benéficas es la única ayuda directa que están recibiendo algunas familias.
"La renta vital no llega, está paralizada, aunque dicen que han puesto más recursos y personal para agilizar los trámites, pero no llega, y muchas veces tienen que esperar hasta que se decidan por el Ingreso Mínimo Vital, porque no reciban ni una ni otra. Algunas personas llevan tres meses esperando recibir ayuda del Gobierno, y todavía nada".
De acuerdo con los datos del Ministerio de Trabajo, el sector de los servicios ha sido el más golpeado. Si se diferencia por sexos, el desempleo afectó aún más a las mujeres, con 31.404 paradas frente a 13.032 hombres. Por territorios son Andalucía, la Comunidad Valenciana y la Comunidad de Madrid son los que registran peores índices.