"No vemos un efecto considerable de las sanciones. Son injustas, EEUU debe arreglarlo. Hemos reiterado en varias ocasiones que el lenguaje de sanciones no va a influir en Turquía. Continuamos el trabajo con Rusia sobre los S-400", dijo a la cadena NTV.
Turquía selló un contrato con Rusia en diciembre de 2017 para adquirir varios sistemas S-400, los suministros comenzaron en julio de 2019.
EEUU exigía que Turquía renunciara a ese plan y a cambio adquiriera los sistemas estadounidenses Patriot y amenazó con demorar o suprimir la venta de novísimos cazas F-35 a la parte turca, así como imponerle sanciones de acuerdo con la ley estadounidense CAATSA (para contrarrestar a adversarios de EEUU a través de sanciones). En diciembre de 2020 la Administración saliente de EEUU aplicó esa ley y sancionó a las Industrias de Defensa de Turquía y a su dirección. Las sanciones han tensado las relaciones entre Washington y Ankara, pero esta se negó a cambiar su política al respecto.