"Veinticinco gobernadores, incluida la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, han manifestado hasta ahora su adhesión al Acuerdo a favor de la Democracia; les agradecemos mucho su confianza", dijo el mandatario en conferencia de prensa.
El jefe de Estado confía en que se sumen gobernadores a este pacto, que propuso la semana pasada, para impedir distintas formas de fraude electoral en las próximas elecciones de medio mandato presidencial (2018-2024).
23 de febrero 2021, 18:25 GMT
En la próxima contienda en las urnas serán elegidos 15 gobernadores y congresos locales, los 500 legisladores de la Cámara de Diputados del Congreso federal, y 80% de los casi 2.500 municipios del país.
La convocatoria
El jefe de Estado leyó el texto de la convocatoria, en la que se compromete a actuar "con absoluta rectitud y en defensa de la soberanía popular", enviada a los gobernantes locales, entre quienes solo siete son de la coalición oficialista.
López Obrador exhortó a los gobernadores a "no permitir que se utilice el presupuesto público con fines electorales, a denunciar la entrega de dinero del crimen organizado o la delincuencia del cuello blanco para financiar campañas".
Al adherirse a documento político, los gobernadores se comprometen a "impedir la compra de lealtades o de conciencias, a no traficar con la pobreza de la gente, a no solapar a tramposos" en los comicios.
López Obrador también llamó evitar viejos vicios como "el acarreo [de votantes] y el relleno de urnas, la falsificación de actas y las abominables prácticas ilegales y antidemocráticas que deben quedar en el pasado de manera definitiva".
Con ese acuerdo, el presidente espera dejar atrás la historia de fraude electoral que ha caracterizado la vida pública "para vergüenza de nuestro país" .
Durante los primeros dos años de su sexenio, López Obrador ha impulsado reformas para que los delitos electorales sean tipificados como "graves", castigado con cárcel por la fiscalía electoral, sin derecho a fianza.
López Obrador gobernó la Ciudad de México (2000 y 2005) y ganó las elecciones presidenciales de 2018 con 53,19% de votos en su tercer intento.
Sin embargo, el líder de la izquierda nacionalista asegura que sufrió fraudes en 2006 y 2012, aunque sus reclamos fueron desechados por el Tribunal Electoral.
En 2006 fue la contienda más reñida, cuando López Obrador recibió 35,29% de los votos.
Aquel año perdió por más de 260.000 sufragios, que representaban una pequeña diferencia de 0,62% menos con el 35,91% que alcanzó su rival de centroderecha, Felipe Calderón (2006-2012).