El oso polar maduro llega a pesar entre 350 a 540 kilogramos. En la foto: una hembra de oso blanco junto a su cría en la Tierra de Francisco José, en el mar de Barents.
Los osos polares tienen en sus patas una especie de membrana que les ayuda a nadar. En la foto: un oso blanco en el zoológico de Jabárovsk.
Un oso blanco mira por la ventana de una estación polar, en la Tierra de Francisco José.
Los osos polares no temen al frío y pueden pasar todo el día en aguas gélidas.
El pelaje de estos animales no es blanco, sino translúcido y lleno de aire.
Los osos polares solo habitan en las costas árticas e islas de cinco países: Rusia, Canadá, Noruega, Dinamarca y EEUU.
Estos animales cazan focas desde plataformas de hielo.
La osa polar Umka-Ayuany, en el Centro de Reproducción de Especies Raras del Zoológico de Moscú.
Sus oseznos nacen ciegos, sordos y totalmente indefensos.
La osa blanca Ursula disfruta del agua fría en la piscina del zoológico de Krasnoyarsk.
Las estatuas de osos polares en el parque Gorki, en Moscú.
Este animal puede cubrir una distancia de hasta 50 kilómetros al día.
El oso polar se encuentra en peligro de extinción a causa del calentamiento global, la contaminación y la caza furtiva.
Los osos blancos tienen un gran sentido del olfato.
A diferencia de muchos otros animales, los osos polares no suelen formar parejas estables.
El oso polar es el mamífero carnívoro más grande del planeta.
Un osezno abandonado por su madre, en el zoo de la ciudad de Gelendzhik, al sur de Rusia.
Tres osos polares sobre el hielo del mar de Beaufort, en el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico.