Melia, presidente del partido opositor georgiano Movimiento Nacional Unido, fue arrestado el 23 de febrero.
"La Unión Europea urge a todas las partes a aumentar sus esfuerzos hacia la desescalada", dice el comunicado, publicado en la página web del Servicio Europeo de Acción Exterior.
El texto subraya que después del arresto del opositor georgiano, la polarización política en el país "se profundizó y amenaza con socavar la democracia de Georgia".
"Es muy importante que la oposición tenga un papel constructivo, incluyendo su unión con el Parlamento para el siguiente fortalecimiento de la democracia y la supremacía de la ley en Georgia y también para formar un curso de reformas en el país", indica el mensaje.
Bruselas también llama a Tiflis a priorizar los intereses del pueblo georgiano.
El 23 de febrero la Policía irrumpió en la oficina del partido de oposición Movimiento Nacional Unido en Tiflis y detuvo a su líder, Nika Melia, y a más de una docena de sus partidarios.
Este mismo día los partidos de oposición de Georgia y sus seguidores salieron a las calles para protestar por la detención.
El político ya fue arrestado y luego liberado bajo fianza de 30.000 laris (unos 9.000 dólares) con la condición de llevar un brazalete de monitoreo.
En una de las manifestaciones contra los resultados de las elecciones parlamentarias de 2020, Melia se quitó públicamente el brazalete en señal de protesta, tras lo cual el tribunal revisó las condiciones de libertad aumentando el importe de la fianza hasta 40.000 laris, cantidad que Melia se negó a pagar.
El 16 de febrero, el Parlamento de Georgia retiró la inmunidad parlamentaria a Melia, tras lo cual la Fiscalía del país presentó una solicitud ante el Tribunal de la Ciudad de Tiflis en la que pidió dictar la medida cautelar de arresto contra el opositor. La solicitud se aceptó al día siguiente.
Desde entonces Melia se encontraba en la oficina del Movimiento Nacional Unido, y los opositores de varios partidos vigilaron el edificio afirmando que no lo entregarían a la policía.
El 25 de febrero el primer ministro de Georgia, Gueorgui Gajaria, dimitió citando divergencias con su equipo sobre la medida cautelar de arresto dictada contra Melia.