El documento, presentado por primera vez en 2012, está dirigido contra los videojuegos que inflinjan "daño psicológico", incluidas las escenas de "robo de vehículos con un conductor o un pasajero presente", así como "abuso de niños, abuso sexual, maltrato animal, violencia doméstica y violencia contra la mujer".
"GTA y otros videojuegos violentos entran en la mente de nuestros jóvenes y perpetúan la normalidad del robo de autos", expresó el político.
Evans también subrayó que investigó los recientes robos de coches junto al activista comunitario Early Walker y llegó a la conclusión de que "los jóvenes delincuentes están muy influenciados por el videojuego Grand Theft Auto".
Por su parte, la compañía productora de videojuegos Entertainment Software Association (ESA) respondió a las acusaciones a través de un comunicado oficial.
Declaró que "si bien nuestra industria entiende y comparte las preocupaciones de lo que está ocurriendo en Chicago, simplemente no hay evidencia de un vínculo entre el entretenimiento interactivo y la violencia en la vida real". Afirmó que "en lugar de culpar erróneamente a los videojuegos por pura especulación", las autoridades locales deben examinar detenidamente los factores reales que desembocan en este tipo de comportamiento.