El medio indica que se trata de vehículos diésel fabricados antes de 2016 y de gasolina fabricados antes de 2006.
"A los automovilistas se les pagará hasta 3.000 libras esterlinas para que renuncien a sus vehículos conforme a los nuevos planes destinados a mejorar la calidad del aire en áreas urbanizadas", señala el medio.
Los conductores recibirán dinero público por renunciar a sus autos en forma de "préstamos" que se pueden gastar en transporte público, bicicletas, scooters eléctricos, clubes de autos y taxis.
El objetivo de este programa es reducir los atascos y la contaminación del aire en las ciudades del país.
Según el periódico, los datos del Departamento de Transporte británico muestran que los vehículos recorrieron un total de 227.111 millones de kilómetros de las carreteras británicas en 2019, un 11% más que hace cinco años.