La vuelta al mundo… ¿en 21 años? El ruso que cruzó el planeta en bicicleta

El artista ruso Vladislav Ketov dedicó 21 años y 21 días de su vida a cumplir su sueño de dar la vuelta al mundo. Lo hizo montado en su bicicleta y siguiendo la línea costera de los continentes.
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"De 1991 a 2012, monté en bicicleta a lo largo de la costa de cuatro continentes, por 96 países, lo que equivale a 169.000 kilómetros", detalló el viajero en una entrevista con Sputnik.
Ketov cuenta que, al mirar su ruta, las personas solían pensar que era una proeza imposible y que no era suficiente toda una vida para llevarla a buen puerto. En el camino, muchos de los que lo conocían le llamaban "ruso loco", asegura. Pero no solo no se desanimó, sino que lo empujó a seguir adelante.
"La reacción de los demás no ha cambiado en todos estos años: una mezcla de sorpresa, incredulidad, admiración. En realidad, no hay nada increíble. Todos los días te mueves por el camino previsto. Además, ni siquiera necesitas dibujarlo, todo es muy sencillo", aseguró Ketov.
Según el aventurero ruso, la idea de viajar en bicicleta surgió después de que terminase un curso de instructores de cicloturismo en San Petersburgo.
"Mientras me desplazaba por las orillas del río Volga, surgió una simple pregunta infantil: si vas a la orilla del mar y simplemente avanzas, ¿a dónde llegarás? Me monté mentalmente un mapa del mundo y me sorprendió. Resultaba que es posible, sin cruzar mares y océanos, rodear toda la tierra, excepto Australia, la Antártida y las islas", compartió el viajero.
Sin apoyo o asistencia financiera alguna, Ketov dio inicio a su viaje. Con su arte, además de mantenerse a sí mismo el ruso lograba proveer de todo lo necesario a su esposa, quien apoyaba su iniciativa y le esperaba en Rusia.
Ketov asegura que la barrera lingüística jamás ha sido un obstáculo en su expedición. Según el viajero, al llegar a cualquier país averiguaba cómo decir gracias en el idioma local. Además, evitaba utilizar expresiones faciales y gestos, ya que pueden tener significados distintos en diferentes partes del mundo.
"Lo principal en la comunicación es la entonación, todos la entienden, incluso los animales. Si en algún lugar alguien intentaba hacer algún truco sucio, yo 'ladraba' en ruso, a menudo, informal. Y durante todos estos años, nadie, ni un solo perro pidió que le tradujera", agregó el ciclista.
Si bien pasó por algunas situaciones difíciles, Ketov asegura que nunca pensó en tirar la toalla.
"Incluso en los momentos más difíciles de emboscadas burocráticas, fatiga insana, apatía, jamás surgió la idea de renunciar a todo", subrayó el viajero.
Ketov, quien pasó gran parte de su vida viajando, fue el primero en recibir el título honorífico de viajero destacado de Rusia, otorgado por la Unión de Turismo y Deportes del Comité Estatal de Deportes de su país.
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