Un grupo de investigadores, dirigido por el profesor Lindell Bromham, examinó más de 33.000 recetas de 70 cocinas que contenían 93 especias diferentes.
"La teoría es que los alimentos picantes ayudaban a la gente a sobrevivir en climas cálidos, donde el riesgo de infección por la comida puede tener un gran coste en términos de salud y supervivencia", comentó Bromham, citado por phys.org.
Según el estudio, publicado en la revista Nature Human Behaviour, esta teoría no es sostenible.
"Nuestro análisis no ofrece ninguna razón clara para creer que se trata principalmente de una adaptación cultural para reducir el riesgo de infección por los alimentos".
Los científicos descubrieron que el consumo frecuente de alimentos picantes se asocia, por el contrario, a un alto riesgo de muerte, no solo por intoxicación, sino también por otras causas no relacionadas con la comida.
Según los expertos, esto no significa que la comida picante reduzca la esperanza de vida. En cambio, hay muchos indicadores socioeconómicos que pueden correlacionarse con el consumo frecuente de especias.