Los agentes de Policía usaron gas lacrimógeno en un intento de dispersar a la multitud. También dispararon al aire para intimidar.
Se detuvo a varios cientos de personas, muchas de las cuales no tenían más de 25 años, que estaban quemando neumáticos y contenedores con el fin de bloquear los movimientos de las fuerzas de seguridad. Algunos de los detenidos arrojaron piedras a la Policía.
"Esto no tiene nada que ver con los movimientos de protesta garantizados por la ley y la Сonstitución. Las protestas tienen lugar a plena luz del día normalmente... sin ningún acto criminal involucrado", comentó la situación el portavoz del Ministerio del Interior, Jaled Hayuni.