"La política de EEUU consiste en impedir el uso del dinero de los contribuyentes para adquirir los vehículos aéreos no tripulados, que presentan riesgos inaceptables y son fabricados o contengan software o componentes electrónicos importantes de adversarios extranjeros, y fomentar el uso de los drones producidos en el país", dice el decreto.
Se trata de los drones fabricados por Rusia, China, Corea del Norte e Irán, así como cualquier país que el Departamento de Estado considera su adversario.
El mandatario no explicó los motivos de su decisión.