Ya se sabe que los loros son animales muy inteligentes. Tan inteligentes que, a juzgar por las dotes de Baron, incluso son capaces de aprender a montar en bicicleta. Y encima le deja bien claro al gato quién manda allí y de quién es el juguete.
“Compramos a nuestros animales toda clase de juguetes divertidos y ellos mismos eligen los que les gustan. Y a nuestro loro Baron le gustó la bicicleta. Vi al gato caminar cerca de ella, y a Baron no le gusta compartir sus juguetes”, dicen los dueños del animal.
No sabemos a dónde se dirigía, pero parece que llevaba prisa.