En un intento desesperado por salvarle la vida, varios pasajeros le proporcionaron primeros auxilios e incluso intentaron reanimarlo. Durante unos 45 minutos le practicaron compresiones en el pecho, y para evitar el contacto boca a boca, se le puso una máscara de oxígeno del avión. Más tarde, esta sería reemplazada por una bolsa respiratoria médica.
Según la información que trascendió posteriormente, el hombre sufrió un paro cardíaco, así que a los pasajeros del avión se les dio la opción de seguir con el mismo vuelo o tomar otro más tarde, destacó el portavoz de la aerolínea, Charles Hobart.
Sin embargo, más tarde la esposa del fallecido reveló que desde hace varios días el hombre, de 69 años, presentaba algunos síntomas de COVID-19, entre los cuales estaba la pérdida del olfato y del gusto. A pesar de ello, al embarcar en la aeronave la pareja declaró que no habían sido diagnosticados con el coronavirus y que no tenían ningún síntoma. Poco después, durante el vuelo el hombre empezaría a tener temblores, a sudar y a mostrar síntomas de asfixia.
El 21 de diciembre el forense que examinó el cuerpo del fallecido confirmó que estaba infectado con el coronavirus, razón por la cual United Airlines está intentando contactar con los demás pasajeros a bordo de la aeronave durante el trágico vuelo. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades colaborarán en la búsqueda.