El monte, ubicado en la isla italiana de Sicilia, expulsa fuentes de lava ardiente y escombros a cientos de metros de altura sobre el Mediterráneo. Fue el cráter del sudeste del volcán el que entró en erupción el 22 de diciembre y formó tres flujos piroclásticos, informó el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV).
Hasta la fecha, la situación está bajo control y no se esperan más erupciones en los próximos días. El Etna arroja lava y cenizas varias veces al año, pero su estado de erupción no representa ningún peligro para la zona. La última gran erupción del volcán se produjo en 1992, cuando un flujo de lava amenazó al poblado de Zafferana.