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Las teorías que aseguran que Quetzalcóatl era el apóstol Santo Tomás o, incluso, Jesuscristo

La figura de Quetzalcóatl, uno de los dioses más importantes de Mesoamérica, ha dado mucho de qué hablar a lo largo del tiempo. Algunas versiones dicen que fue un hombre blanco y de ojos azules, mientras otras aseguran que su historia tiene grandes similitudes con la de Jesucristo. ¿Pudo haber sido un personaje cristino?
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La palabra Quetzalcóatl es de origen nahua y se compone de los vocablos quetzal que hace referencia al ave que vive en la selva del sur mexicano y en algunos lugares de Centroamérica y cóatl que quiere significa serpiente, por eso esta deidad también es conocida como la Serpiente Emplumada.
Una de las creencias más descabelladas sobre Quetzalcóatl es que fue un individuo blanco y de ojos azules —lo que en ninguno de los relatos antiguos se menciona—. Se decía que era Santo Tomás, uno de los 12 apóstoles, que había emigrado a estas tierras. Pero, ¿cómo surgió esta idea? Sucede que los frailes del siglo XVI trataron de encontrar una explicación a la presencia de los indígenas en América, y al buscar una respuesta en la Biblia concluyeron que eran parte de las tribus dispersas de Israel.
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Si bien, esta versión es poco creíble en la actualidad, en aquel momento los frailes encontraron otra coincidencia que le daba sustento: la presencia de cruces. Para ellos se trataba de cruces cristianas, y consideraron que entonces Dios había deparado que algún apóstol viniera a evangelizar antes de la llegada de los españoles.
De acuerdo con un recuento de la revista Arqueología Mexicana, los cronistas de aquella época creían que Quetzalcóatl, al ser una de las pocas deidades indígenas que no aceptaba sacrificios humanos y que era casto, entonces era un apóstol que había llegado antes de ellos para evangelizar a los pueblos mesoamericanos.
Para Fray Diego Durán, la Serpiente Emplumada "fue según las tradiciones indígenas un casto y penitente sacerdote, del que se recuerdan episodios al parecer milagrosos (…) este santo varón fue algún apóstol que Dios aportó a esta tierra".
Además, en las crónicas de fray Bartolomé de las Casas se describe a Quetzalcóatl como un hombre blanco, alto y con gran barba; en tanto que fray Juan de Torquemada coincide en que era blanco, rubio y barbado. De hecho, en algunos de los relatos se le atribuye el hecho de haber traído el conocimiento de la agricultura y otros aportes.
Los esfuerzos por encontrar explicación a la figura de Quetzalcóatl fueron tales, que Don Carlos de Sigüenza y Góngora escribió en la segunda mitad del siglo XVII que se trataba del apóstol Santo Tomas, quien había venido a predicar el Evangelio a las tierras recién descubiertas —lo que más tarde sería conocido como el continente americano—.

Las asociaciones con el cristianismo

La llegada de los españoles a América significó un descubrimiento para ellos mismos, quienes no concebían no solo que hubieran otros pueblos sino que además tuvieran sus propios dioses —y no uno, sino varios—. Por lo que, trataron de encontrar todo tipo de asociaciones entre su mundo con el que recién habían descubierto.
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Estos esfuerzos se vieron reflejados en los relatos de los cronistas del siglo XVI como Bernal Díaz del Castillo, quien escribió que en Yucatán se encontraron "señales de cruces", las cuales creyeron que eran cruces cristianas. Es decir, todo lo trataron de asociar con el cristianismo.
Sin embargo, para el antropólogo Eduardo Matos Moctezuma estas historias en realidad pretendían sentar las "bases para ir idealizando la imagen de un ser que partía de algunos relatos indígenas, aderezado significativamente con la necesidad de los frailes de justificar, conforme a la Biblia, la presencia de miles y miles de indígenas".
A pesar de ello, hay quienes encuentran coincidencias entre la vida de Quetzalcóatl con la de Jesucristo, entre ellas: las circunstancias de su nacimiento —ambos nacieron por un milagro concebidos por una madre virgen—, son consideradas deidades universales, la presencia de la cruz en los espacios donde se les rendía tributo, regresaron de la muerte, prometieron que volverían, fueron expulsados de esta tierra por sus enemigos.
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