"Las evidencias que van apareciendo sugieren que las vacunas de 'primera generación' que se están ensayando actualmente tienen una buena probabilidad de prevenir la enfermedad relacionada con el SARS-CoV-2, pero es menos probable que prevengan la infección por el virus. Esto significa que es poco probable que la transmisión del virus se reduzca significativamente con esta primera generación de vacunas", advierte el ente en un informe publicado este 15 de diciembre.
La mejor estrategia para equilibrar la salud pública con la reapertura de la sociedad y la economía, a su juicio, es controlar la propagación de contagios mediante pruebas, rastreo de contactos, aislamiento y cuarentena. El distanciamiento físico, el uso de mascarillas y la higiene de las manos también son eficaces para lograrlo.