Los buldóceres Caterpillar D9 los utilizan los militares israelíes para realizar diversas tareas de ingeniería, como despejar los caminos a los tanques Merkava, derribar fortificaciones y desactivar minas.
Para proteger los vehículos pesados de los misiles antitanque de segunda generación (ATGM, por sus siglas en inglés) fueron equipados con un sistema de supresión optoelectrónicos MAJIC-1 con sensores de radiación láser E-LAWS.
Gracias a esta nueva protección, la tripulación del buldócer sabrá a tiempo que ha entrado en el campo de visión del enemigo, señalan los responsables de su desarrollo.
Los tractores de combate israelíes también están equipados con armas pequeñas y granadas de cohetes antitanque para repeler ataques. También disponen de una segunda armadura. Como resultado, el peso de estos vehículos blindados supera las 71 toneladas.