EEUU pierde fuelle
Un golpe seco en los riñones. Es el que ha recibido la economía de EEUU en momentos en que se encuentra con respiración asistida por la debacle que está causando el coronavirus, exacerbada por el hándicap que otorga una política sanitaria que se ha convertido en un boomerang que siembra la muerte.
No hay peor astilla que la del mismo palo, dice la frase, y tal vez la estampida que causó el presidente de EEUU, Donald Trump, al abandonar el TPP [Trans-Pacific Partnership] apenas se acomodaba en la Casa Blanca a principios de 2017, hiciera que sus países amigos cayeran en una desesperación que creció con la pandemia y que les hizo atar el mayor acuerdo posible. Más vale pájaro en mano, que cien volando. O dicho de una forma más castiza, 'coge el dinero y corre'.
Así las cosas, el RCEP podría provocar que la economía de EEUU necesite una RCP [reanimación cardiopulmonar], porque los números de este nuevo acuerdo son infartantes: comprende el 30% de la economía mundial y el 30% de la población mundial, alcanzando a unos 2.200 millones de consumidores.
Este acuerdo significa varias cosas, de acuerdo al economista Luis Palma Cané. "Primero yo diría que el título debería ser '¡Gracias Trump!'", ironiza al respecto.
De esta manera el experto alude al desmembramiento que hizo Trump del TPP, pergeñado por el expresidente Barack Obama, y que dejaba a China fuera de dicho tratado, aislándolo absolutamente. Palma Cané también alude a otro de los acuerdos de los que Trump retiró a EEUU, como fue el caso del TTIP [Transatlantic Trade and Investment Partnership] con la Unión Europea.
"En términos de poder, cuando alguien abandona un sitio de poder, inmediatamente alguien lo ocupa, y acá el que inteligentemente lo ha hecho ha sido el presidente de China, Xi Jinping, y la mejor prueba es este acuerdo que ha hecho, que es fenomenal. Los números son escalofriantes, en el buen sentido de la palabra", señala Palma Cané.
¿Revivir a un muerto?
En EEUU, propios y extraños ya reconocen abiertamente que este acuerdo, considerado el más grande del mundo –donde la India tiene la puerta abierta a sumarse con sus 1353 millones de habitantes, lo que redundaría en que casi la mitad de la población del mundo formara parte de esta masa de libre comercio–, podría poner prácticamente de rodillas al país norteamericano en la región Asia-Pacífico, y a sus principales empresas en una posición de fuerte desventaja.
Algo con lo que Palma Cané discrepa: "Una cosa no quita la otra: concentrarte en el Covid y desarrollar una estrategia muy clara de abandonar el unilateralismo, incluso para las vacunas. Ahí mejor ejemplo de la globalización no hay. […] Tiene que haber acá una cooperación y como principio fundamental, no hacer de la vacuna un tema geopolítico internacional porque ahí estamos fritos", concluye Luis Palma Cané.