"Tenemos la obligación ahora, desde las bases, de cuidar al hermano presidente Lucho, porque la derecha no duerme, el imperio no duerme", dijo Morales ante una multitud que lo recibió en la ciudad altiplánica de Oruro, al término de la segunda jornada de su travesía terrestre tras un año de exilio.
El líder indígena ingresó el 9 de noviembre a Bolivia por la frontera sur con Argentina, país en el que buscó protección tras su derrocamiento en noviembre de 2019, iniciando un viaje terrestre de más de 1.000 kilómetros que culminará el 11 de noviembre en la región cocalera de Chapare (centro), su bastión sindical y político.
Tras viajar más de 400 kilómetros entre el salar de Uyuni y Oruro, Morales dijo que estaba sorprendido por las masivas concentraciones que lo aplaudieron en los pueblos y comunidades rurales por las que pasó su caravana, compuesta de más de 600 vehículos.
Morales dijo a la multitud congregada en una avenida de Oruro que para preservar el "proceso de cambio" iniciado en 2006 era imprescindible proteger física y políticamente al presidente Arce, quien encabezó al Movimiento Al Socialismo en su amplia victoria en las elecciones del mes pasado.
"Tenemos la obligación de cuidar nuestro proceso de cambio con las organizaciones sociales, con políticas sociales, porque la lucha no termina acá, es mucho más profunda mientras el capitalismo y el imperialismo permanentemente buscan nuestros recursos naturales", afirmó.
De esos recursos, destacó, Bolivia debe proteger especialmente sus enormes reservas de litio en los salares altiplánicos.
Morales anunció que propondrá al Gobierno que reactive con prontitud los proyectos de industrialización del litio que resultaron paralizados por el golpe de Estado que lo echó del poder.
"Dijimos que a la industrialización no entran los gringos, ése ha sido nuestro pecado. Ahora con nuestro presidente Lucho nuevamente vamos a continuar y garantizar nuestra industria del litio", afirmó, insistiendo en que "esta lucha no es solo con la derecha de Bolivia, es contra el capitlaismo y el imperialismo".
Morales, quien viajaba acompañado por su exvicepresidente Álvaro García Linera y varios de sus excolaboradores, fue saludado con danzas folclóricas a lo largo de la ruta y con bandas de música del famoso carnaval de Oruro antes de darse un descanso para proseguir viaje a Chapare, en el departamento de Cochabamba.
La caravana que acompaña al retorno de Morales está compuesta por más de 600 automóviles, según medios locales.