Major llegó a la organización con sus cinco hermanitos, cuando todavía era un cachorro. Los perritos se entregaron al refugio después de que fueran expuestos a toxinas. Tras recibir atención veterinaria de emergencia, todos los canes se salvaron.
Ashley Biden, hija del presidente electo, fue quien envió a su padre una publicación de Facebook en la que buscaban hogares para los pastores alemanes. El político demócrata llamó al refugio y terminó adoptando a Major.
La llegada de Champ y Major reanuda una larga tradición de la presencia perros en la Casa Blanca. Antes de Donald Trump, todos los mandatarios del país norteamericano, desde 1901, han tenido un o más canes.