Si bien la alicina que contiene el ajo fresco tiene muchas propiedades saludables, su consumo abusivo puede causar daños a la salud, como la irritación y el malestar en el estómago.
Según señala un usuario de la red china WeChat, los aminoácidos, lípidos, almidón y sacáridos que contiene este alimento se convierten en acrilamida cuando el ajo se fríe. Algunas organizaciones científicas, incluido el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, califican a este compuesto orgánico como una posible sustancia cancerígena que consecuentemente es capaz de contribuir al desarrollo de tumores malignos. Por ello, es aconsejable que se reduzca el número de platos en los que se agrega este ingrediente.
Sin embargo, existe una manera de cocinar ajo que no solo permite reducir la segregación de la acrilamida, sino que también conserva la alicina, apunta el internauta. Para que el consumo de este alimento frito sea saludable y seguro uno debe freírlo a baja temperatura hasta que sus trozos se pongan ligeramente dorados.