Los contagios están bajando. ¿Alcanzó Brasil la famosa "inmunidad de rebaño" o es apenas una calma tensa antes de la llegada de la segunda ola?
Lo sorprendente es que el descenso en los contagios se da al mismo tiempo en que gobernadores y alcaldes flexibilizan las restricciones y aumenta el movimiento en el comercio y el ocio, en ocasiones con importantes aglomeraciones. No obstante, por el momento esto no provocó un repunte de casos. Por el momento.
El misterio de Manaos
Un caso interesante es el del estado de Amazonas, en el norte del país. Su capital, Manaos, protagonizó la cobertura mediática en abril al tener que abrir zanjas en los cementerios para asumir la enorme cantidad de muertos que dejó la pandemia. Fue la primera ciudad brasileña en colapsar. El virus avanzó sin control, pero meses después "desapareció" rápidamente.
Un estudio coordinado por la Universidad de Sao Paulo (USP) sugirió que el 66% de la población de la ciudad se habría contagiado con el COVID-19 en algún momento, porcentaje suficiente para hablar de "inmunidad de rebaño". El estudio se realizó analizando las muestras de los voluntarios que donaron sangre en los últimos meses; la mayoría estaban contagiados.
Además, el doctor descartó que Manaos ya esté salvada del virus: "Habrá un aumento otra vez, lo que se espera es que no sea sostenido y continuo como fue en la primera ola", dijo. Poco después, la Fundación Oswaldo Cruz publicaba un estudio que apuntaba que la ciudad ya vivía una segunda ola. Descartaba la hipótesis de la inmunidad de rebaño y recomendaba el cierre total de la actividad económica.
El alcalde de la ciudad, Arthur Virgilio Netto, llegó a pedir al Gobierno de Amazonas que aplicara el lockdown radical para cerrar todo, pero éste se negó y de momento sólo se están retomando algunas restricciones. Lo que ocurre en la capital de Amazonas podría servir de aviso para el resto de Brasil, que en general parece vivir en una "nueva normalidad" donde la pandemia ya forma parte del pasado.
Olvidar la pandemia
En el estado de Río de Janeiro (sureste), por ejemplo, hace tiempo que se desmontaron todos los hospitales de campaña construidos para pacientes de COVID-19. Algunos de ellos ni siquiera llegaron a funcionar y estuvieron en el centro de escándalos de corrupción. Básicamente, fueron montados para desviar enormes cantidades de dinero público.
Además de en Río, el virus también pierde fuerza en otros siete estados; la situación se mantiene estable en 15 estados y en otros cuatro (incluyendo Amazonas) hay aumento de contagios, según los recuentos comparativos realizados por el portal G1 en base a los datos oficiales de las secretarías de Salud de cada región.