Problemas de distinta índole arrecian en España. La pandemia y su gestión es el más acuciante de todos, pero no puede ocultar la existencia de contrariedades que también ocupan titulares. Muchas de estas tribulaciones afectan directamente al principal partido de la oposición política, cuyo líder está obligado a sortear las dificultades.
Caso Kitchen
No es un caso de corrupción al uso. Sus implicaciones afectaron a la seguridad del Estado en un asunto cuya imbricación supuestamente alcanzó a parte del Gobierno de Mariano Rajoy entre 2013 y 2014, concretamente a la cúpula del Ministerio del Interior.
El entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, su número dos, Francisco Martínez, y la cúpula policial de la época pudieron obrar de modo fraudulento tanto para atajar información que comprometía al partido en casos abiertos de financiación ilegal como para desprestigiar a partidos políticos. "Yo solo era un diputado por Ávila", manifestó de inmediato Pablo Casado.
"Es cierto que Casado no estaba en la primera línea, aunque era una figura emergente", conviene el politólogo Ignacio Jurado. "Y eso le está funcionando como cortafuegos, por lo que puede poner distancias con lo que ocurrió". No obstante, este profesor de la Universidad Carlos III explica a Sputnik que a medio plazo el asunto puede afectarle de otra manera. "Por un lado le quita margen de maniobra a la hora de hacer oposición, pues le restará visibilidad como alternativa de gobierno mientras tenga que estar respondiendo muchas preguntas sobre la operación Kitchen".
"Y luego Casado va a tener un problema de gestión dentro del partido, porque tiene que tomar distancias entre los responsables del caso sin que se produzca un cisma o tensiones internas que dificulten su liderazgo en los próximos meses."
El relevo de la portavoz del grupo parlamentario
El 17 de agosto se produjo el cese de Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz en el Congreso del grupo parlamentario del PP. En el seno del PP se criticaba que esta diputada de fuerte personalidad pareciera ser una portavoz de su visión particular antes que la del bloque del partido.
"Cayetana se había convertido en portavoz de sí misma y eso había que cortarlo de raíz antes de que el problema fuese irresoluble", afirma Martín Beaumont.
Para Jorge Verstrynge, que entre 1979 y 1986 fue secretario general de AP, este caso revela la firmeza de Pablo Casado como líder del partido conservador. "Cuando se le pone algo entre ceja y ceja, no le tiembla la mano", afirma, aludiendo al cese de Álvarez de Toledo. "La cesó no sólo para consolidar su liderazgo; también porque Cayetana, que es extremadamente inteligente, tiene un problema: un ego sobredimensionado". Verstrynge explica que en el PP había quien "la odiaba cordialmente".
"Por infinidad de razones y porque iba demasiado deprisa. Y porque se suponía que estaba Aznar detrás. Así que cuando la cesó, esa gente se quedó más o menos contenta. Porque cuando salía en los medios de comunicación, no había color. Cayetana arrasaba", asegura.
Para Antonio Martín Beaumont, también politólogo, Casado no podía permitir que "alrededor de Cayetana fuese constituyéndose un contrapoder, porque eso era lo que se empezaba a fraguar". "No podía permitirse que el PP volviera a repetir el error, tan pernicioso para su formación, de ver crecer un poder paralelo como ya ocurrió con Soraya Sáenz de Santamaría", explica.
¿Puede también explicarse el desenlace de esta pugna como una cuestión de celos mediáticos?
"Simplemente no se desean voces disonantes en un momento en que el partido debe situarse como alternativa", zanja este profesor de ciencia política.
La fuga de votos a Vox
Otro de los problemas a los que recurrentemente se tiene que enfrentar el PP en los últimos tiempos es al trasvase de votos sufrido hacia otra formación del espectro político de la derecha: Vox. A tenor de la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el PP no sale bien parado (a 13 puntos porcentuales de distancia del PSOE) y con Vox bien asentado en la tabla como tercera fuerza.
"El PP debe hacer sus políticas y lanzar sus mensajes electorales sin fijarse en exceso en lo que hacen sus competidores electorales del mismo espacio de votantes", recalca Martín Beaumont, quien por otra parte estima lógico que Casado tenga permanentemente que hacer "planteamientos que agranden sus espacios y creen consensos y mayorías amplias". A juicio de Ignacio Jurado, la situación actual refleja mayor calma en el espacio político de la derecha española:
"Son aguas que estuvieron muy turbulentas durante un tiempo, pero ahora mismo la posición del PP como alternativa de Gobierno es clara, algo que da margen de maniobra al partido para intentar cortejar más al votante de centro-derecha y estar más dispuesto a dialogar con el Gobierno".
Para el politólogo Víctor Prieto, Vox pone permanentemente al PP en una situación complicada. "Casado aguantará, pero se va a resentir", declara a Sputnik este investigador de la consultora Studi La Cimera. "Porque Vox le empuja hacia posiciones que cuestionan la estabilidad del consenso transicional en medio de un PSOE y un Gobierno de coalición que se nutre del caos madrileño".
La influencia de la gestión del Gobierno regional del PP en Madrid
El Gobierno autonómico madrileño, encabezado por Isabel Díaz Ayuso, está experimentando graves problemas para hacer frente a la extensión de la pandemia en Madrid y ha ordenado distintas restricciones y un confinamiento selectivo por barrios.
"La gestión de Ayuso en Madrid sí que puede afectar a Casado", afirma Jurado, que explica que la actuación la presidenta madrileña compromete los argumentos del líder de la oposición. "Primero porque el PP, aunque en un primer momento apoyó el estado de alarma instaurado por el Gobierno, enseguida dejó de apoyarlo acusando a Pedro Sánchez de querer quitar parcelas de poder al PP en aquellas regiones donde gobierna. Pero ahora la gestión autonómica del PP fracasa e invalida este argumento de Pablo Casado".
"Por otro lado, si algo sabe vender el PP al electorado es su mejor capacidad de gestión. Y Ayuso ahora mismo compromete esta idea. Las cifras de la pandemia en Madrid son un torpedo en la línea de flotación de tal argumento", resalta Ignacio Jurado.
"La gravedad de la situación sanitaria en Madrid se suma a su hiperexposición mediática", explica por su parte Víctor Prieto. "De alguna forma, como dice Ayuso, 'Madrid es España' ―al menos para los medios―, y esto supone un punto débil para la presentación del PP de Casado como alternativa sólida a la gestión de la pandemia del Gobierno de coalición". Este politólogo recuerda que Isabel Díaz Ayuso es una apuesta personal de Pablo Casado, "por lo que su suerte está unida a la de la presidenta madrileña".
En su opinión, "la traslación de la gestión de la crisis sanitaria a las comunidades autónomas ha descargado de presión al Gobierno central, que se presenta ahora como una especie de órgano de coordinación general a instancia de la demanda de las autonomías".
"Todo esto ha hecho crecer en las últimas semanas la posibilidad de una moción de censura en la Comunidad de Madrid, una situación que, aunque no acabe de cuajar, sitúa la agenda político-mediática en un plano que le interesa al tándem Sánchez-Iglesias", afirma Prieto.
"En definitiva, no veo una crisis inminente en el PP y menos todavía de Casado, quien, repito, no estaba ahí [cuando sucedieron las operaciones que desvela el caso Kitchen]", zanja Verstrynge. "Es más, pienso que cuando el PP le nombró presidente del partido, no pensó que esto pudiera ser una ventaja evidente".