El chicle, un dulce masticable que nos alegra el día

Hace ya varios miles de años, la resina de abedul se utilizó para tratar infecciones bucales. Los antiguos griegos masticaron la almáciga, mientras que los mayas utilizaron el chicle hecho con el jugo del árbol del sándalo.
En la foto: unos niños venden el chicle frente al Teatro Nacional, en Washington, 1912.

Un anuncio publicitario de un chicle en una calle de Seattle, 1917-1920.

Fue el joven emprendedor estadounidense John Curtis quien inventó la primera versión moderna del chicle, hecha de resina natural y saborizantes.
En la foto: un anuncio publicitario del chicle Warren, 1945.

Gradualmente la tecnología de fabricación ha ido evolucionando y con el tiempo los fabricantes de chicle empezaron a utilizar el caucho, una sustancia más segura, en vez de la resina.
En la foto: unas jóvenes con los labios hechos de chicle.

Un cartel publicitario del chicle Warrens en el que participó la dama Iris Mountbatten, prima política del rey Jorge VI, en 1947.

Un gran avance hacia la fabricación en masa de los chicles fue la creación de la maquinaria para hacerlo. Así, en 1871 se inventó la primera máquina para la producción en masa de la goma de mascar.
En la foto: un empleado de la fábrica Bazooka Bubble Gum Company pone a prueba un chicle.

La popularidad del producto fue en alza luego de que se descubriera que se podían hacer bolas de chicle.
En la foto: el actor Charles McGraw aprende a inflar burbujas de chicle en el set de rodaje de la película 'The Korean Story', en 1952.

Se sabe que las bolas más grandes se hacen con el chicle de más alta calidad. En 1994, la estadounidense Susan Montgomery estableció un récord mundial al inflar una bola de chicle de 58,5 centímetros.
En la foto: un limpiabotas neoyorquino, en 1954.

Ahora el chicle goza de gran popularidad en todo el mundo, tanto entre los adultos como entre los niños. El mercado de la goma de mascar se estima en 21.000 millones de dólares anuales. Alrededor de 100 toneladas de chicle se consumen cada año.
En la foto: un cartel publicitario de un chicle en una revista iraní, en 1968.

Ahora hay gomas de mascar con distintos sabores, desde wasabi y pollo hasta hamburguesas o coñac. Además, existen chicles terapéuticos y de nicotina para dejar de fumar.
En la foto: la goma de mascar Adams Pepsin Tutti Frutti Gum, en 2016.