La ciudad exige una indemnización de 4.600 millones de wones (3,9 millones de dólares).
"Seúl, de acuerdo con el código civil, exige una compensación por daños por acciones ilegales, al reconocer un vínculo causal entre el enorme daño provocado a la ciudad [y las acciones de Jun Kwang-hoon]", dice el comunicado.
Pese a que los eventos masivos estaban prohibidos por el COVID-19, Jun Kwang-hoon congregó a miles de personas en Seúl el 15 de agosto con motivo del Día de la Independencia, protestando contra el Gobierno del país.
En total, según estimaciones de las autoridades, en el mitin se infectaron al menos 640 personas, mientras que entre los feligreses se detectaron más de 1.500 contagios.
Según los medios surcoreanos, el pastor ya estaba infectado de coronavirus cuando participó en el mitin, pero contactó con personas sin mascarilla. Se precisaba que le imputarían cargos penales por violar el confinamiento, obstruir la labor de los servicios de cuarentena, falsificar documentos, entre otros.
La propia iglesia había demandado a varios altos funcionarios por "violar la libertad de religión y abuso de poder", acusándolos, entre otras cosas, de socavar la imagen de la iglesia.