"¿Vida en Venus? El descubrimiento de la fosfina, un subproducto de la biología anaeróbica, es el avance más significativo hasta ahora en el escenario de vida fuera de la Tierra. Es hora de priorizar Venus", escribió Bridenstine en su cuenta de la red social Twitter.
La fosfina, un gas altamente tóxico, tiene solo dos fuentes: como subproducto de reacciones químicas inorgánicas o como subproducto de microbios que viven y se reproducen sin oxígeno.
Si bien los científicos saben de la existencia de la fosfina en la atmósfera de Venus desde hace una década, como señaló Bridenstine, investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y la Universidad de Cardiff del Reino Unido publicaron un estudio en la revista Nature el 14 de septiembre, concluyendo que los microbios extraterrestres proporcionan la única explicación de la fosfina que flota en las nubes de Venus.
Las condiciones en la superficie de Venus son demasiado severas para que exista la vida pero a la altura de unos 53-62 kilómetros, en la capa de las nubes, son adecuadas.
Liudmila Zásova, codirectora del grupo de investigación de la sonda, le dijo a Sputnik que las misiones Venera podrían equiparse con sondas de globo capaces de observar de cerca las moléculas que flotan en las nubes del planeta.
"Tenemos una sonda que cambia de altitud. En principio, está equipada con un microscopio, entre otros instrumentos. Pondremos énfasis en este cometido", agregó.
Venera-D será la primera sonda a Venus lanzada por Rusia; las primeras Venera fueron enviadas por la ex Unión Soviética.