"Estos exoplanetas no se parecen a nada en nuestro sistema solar", subrayó el autor principal del estudio, Harrison Allen-Sutter.
Cuando se forman estrellas y planetas, lo hacen a partir de una misma nube gaseosa, por lo que la mayor parte de su composición es similar. De esta manera, una estrella con una relación más baja entre carbono y oxígeno, como es el caso de nuestro Sol, tendrá planetas como la Tierra, compuestos de silicatos y óxidos con un contenido de diamantes muy pequeño. El contenido de diamantes de nuestro planeta es de aproximadamente un 0,001%, explicó la Universidad de Arizona.
Entre el 12% y el 17% de los sistemas planetarios podría estar ubicado alrededor de estrellas ricas en carbono, lo que hace que la existencia de un planeta diamante sea bastante plausible, apuntó Science Alert. Estos planetas probablemente están compuestos principalmente de carburos, es decir, compuestos de carbono y otros elementos.
Los científicos sugieren ahora que, si un planeta así fuera rico en carburo de silicio y si hubiera agua, entonces, con suficiente calor y presión, el carbono podría convertirse en diamante.
Para confirmar su hipótesis, el equipo recurrió a una celda de yunque de diamante (DAC, por sus siglas en inglés), un dispositivo utilizado para comprimir pequeñas muestras de material a presiones extremadamente altas.
Después de repetir el experimento 18 veces y obtener el mismo resultado, los investigadores concluyeron que, tal como habían predicho, a altas temperaturas y alta presión, las muestras de carburo de silicio reaccionaron con agua y se convirtieron en diamante y sílice.
Los científicos sugieren que, de ser posible identificar tales planetas, podríamos descartarlos como posibles lugares capaces de albergar vida. Eso se debe a que sus interiores serían demasiado duros para la actividad geológica y su composición haría que sus atmósferas fueran inhóspitas para la vida tal como la conocemos.