"Me complace anunciar que las autoridades ecuatorianas y el equipo del FMI han llegado a un acuerdo a nivel de personal técnico para respaldar las políticas económicas de las autoridades con un acuerdo de 27 meses en el marco del Servicio Ampliado del FMI (SAF) con un acceso solicitado de Derechos Especiales de Giro (DEG) de 4.600 millones (equivalente a 6.500 millones de dólares)", dijo en un comunicado la economista Ceyda Oner, quien encabezó una misión del FMI que sostuvo reuniones con Ecuador.
El nuevo plan es una continuación de la línea de emergencia por 643 millones de dólares de mayo pasado y del programa suscrito en 2019.
El acuerdo, que se alcanzó luego de una serie de reuniones virtuales entre la misión del FMI y las autoridades ecuatorianas, debe ser ahora aprobado por la gerencia y el directorio ejecutivo del organismo internacional.
Según el comunicado, el acuerdo logrado está sujeto a la implementación de acciones previas por parte del Gobierno ecuatoriano, al cumplimiento de los criterios del FMI para el financiamiento extraordinario y las garantías de los socios internacionales, incluidos los acreedores bilaterales, sobre sus compromisos financieros.
Compromiso para mejorar las finanzas públicas
Entre los compromisos asumidos por el Gobierno de Ecuador están mejorar las finanzas públicas una vez que la economía comience a recuperarse y la implementación de un paquete de reforma fiscal que incluye una moderación del gasto corriente y de capital, una reforma tributaria y una mejor gobernanza del gasto público, mientras se continúa expandiendo la cobertura de la protección social.
Oner agregó que la desaceleración económica causada por la pandemia y el aumento en las necesidades esenciales de gasto público en salud están poniendo a prueba la liquidez del sector público, por lo que se espera que el déficit fiscal y la deuda crezcan en 2020.
Con la nueva línea de crédito se aspira a amortiguar la recesión y proteger los saldos fiscales de nuevas tensiones.
El desplome de los precios del petróleo en el mercado internacional, así como los efectos del COVID-19, han afectado seriamente a la economía ecuatoriana, que este año podría contraerse en un 11%.
Además de la necesidad financiera, Ecuador necesita cerrar el acuerdo con el FMI para concretar el canje de sus bonos global por otros con mejores términos para el país, según un acuerdo al que llegó a inicios de mes con los tenedores de su deuda.