En la parte superior del cementerio de Chocas se han excavado zanjas para enterrar a las personas que fallecieron por COVID-19 que no pudieron ser sepultadas en los cementerios habilitados de la ciudad por falta de espacio y dinero.
Una excavadora es la que transporta el ataúd hasta la zanja donde es depositado para ser enterrado mientras unas cuantas personas le dan el último adiós a una víctima más del coronavirus.
Las personas que están enterrando a sus familiares en este cementerio improvisado denuncian que en los hospitales no hay camas de cuidados intensivos si la gente no tiene dinero para pagar por esos servicios y lo mismo pasa en los cementerios. Por eso no hay otro lugar disponible donde enterrar a los fallecidos. "Ningún cementerio los recibe", aseguran.
Perú ha registrado casi 536.000 casos confirmados de coronavirus y al menos 26.281 muertes relacionadas, según datos de la Universidad Johns Hopkins.