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¿De España o de EEUU? Texas y Georgia planean producir jamón ibérico dentro de su país

El jamón serrano es uno de los productos estrellas de la gastronomía española, un producto que, por su calidad y valor nutricional, se exporta a diversos países del mundo y que juega un papel clave en la economía de este país. La intención de EEUU de producir su propio jamón ha hecho enfurecer a los productores en España.
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Para alcanzar la excelencia del jamón ibérico de bellota se debe garantizar que los cerdos ibéricos de pata negra se alimenten durante los últimos meses de vida con bellotas de la dehesa española o portuguesa, un bosque lleno alcornoques, encinas y robles maduros que forman parte integral de su dieta. Luego, su carne debe ser colgada y curada en seco durante, al menos, 36 meses.

España sin su jamón: ¿realmente podemos vivir sin carne?
Un reportaje del medio británico The Guardian señala que dos empresas estadounidenses han decidido dejar de importar el jamón ibérico español para comenzar a importar cerdos pata negra que les permita hacer su propio jamón. Se trata de la empresa Acornseekers, establecida en Flatonia, Texas, propiedad de dos españoles; e Iberian Pastures, una empresa de latinoamericanos establecida en Georgia (EEUU).

Y si bien no tendrán bellotas, estos productores de Estados Unidos aseguran que alimentarán a sus animales con "nueces, maní y girasol" y que comercializarán su producto como jamón ibérico americano o carne ibericus.

Para algunos productores españoles esto representa un gran problema para ellos.

"El problema real es que somos una nación de idiotas que han regalado nuestra herencia, que nuestros gobiernos no han hecho nada por proteger, y luego los medios presentan a la gente que la explota como grandes innovadores", lamenta a The Guardian, Constantino Martínez, consultor de la industria del jamón.

Productores españoles solicitan al Gobierno Nacional medidas de protección que permitan, entre otras cosas, impedir la exportación de los cerdos pata negra y así evitar que otros países empiecen a criarlos para luego vender sus propios jamones, que, si bien no tendrán la misma calidad, significará un golpe a sus exportaciones.

"Su verdadero juego es acceder al mercado estadounidense en mejores condiciones y a mejores precios que los productores españoles. Luego se trasladarán a Latinoamérica, finalmente a Asia, donde el jamón español es muy popular", explica Martínez.

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