"Hacemos un llamado a los sectores movilizados que están bloqueando caminos a deponer aquellas actitudes en bien de la convivencia entre bolivianos y bolivianas", dijeron las tres organizaciones, saliendo al cruce de un endurecimiento de las protestas lideradas por la Central Obrera Boliviana (COB).
En su poco usual pronunciamiento conjunto, las tres instituciones, que según medios locales estaban gestionando un diálogo de pacificación, definieron por primera vez la situación en Bolivia como "crisis política institucional".
El llamado se produjo al completarse el noveno día de los bloqueos y otras protestas convocadas por la COB en demanda de elecciones a corto plazo, que desde el fin de semana pasado se han convertido en una movilización multisectorial que pide la renuncia de la presidenta transitoria Jeanine Áñez.
Las protestas ganaron fuerza el 11 de agosto con la incorporación de dos federaciones de juntas vecinales de El Alto, ciudad vecina a La Paz y la convocatoria de la histórica Federación de Mineros a "masificar" los bloqueos y realizar el 12 de agosto una "marcha nacional" de ese sector.
"Reiteramos nuestro acompañamiento a los esfuerzos que (el TSE) ha estado realizando para lograr consensos entre los actores políticos y sociales que contribuyan a fortalecer la institucionalidad democrática y el proceso electoral", dijo el comunicado, sin mencionar específicamente la fecha de la votación.
La Iglesia Católica, la UE y la ONU tuvieron decisiva participación en las negociaciones políticas que, en noviembre pasado, dieron paso a la autoproclamación de la senadora Áñez tras el derrocamiento de Evo Morales (2006-2019).
Las elecciones en actual disputa fueron acordadas en diciembre como vía de restablecimiento del orden constitucional en el país.