El tipo de cambio del dólar será un factor clave del ritmo que adoptará la recuperación económica después de la crisis sanitaria, mientras que las monedas nacionales causarán un menor efecto sobre este proceso, advierten los expertos de la entidad.
Alrededor del 23% de las exportaciones mundiales se pagan con dólares, sin contar las materias primas que se cotizan principalmente en la divisa estadounidense. Cuando el tipo de cambio del dólar se fortalece, a otros países les resulta más caro importar, lo que reduce la demanda de estos productos en el mercado interno y, como resultado, disminuye la actividad económica.
Desde finales de mayo, el dólar se ha debilitado y la demanda de las líneas swap de la Reserva Federal se ha reducido. Sin embargo, las monedas de los mercados emergentes siguen siendo significativamente más débiles frente al dólar que antes de la crisis. El real brasileño ha perdido un tercio de su valor este año, mientras que el peso mexicano ha caído un 20% frente al dólar.
"Para la actual crisis del COVID-19, el dominio del dólar estadounidense implica que es poco probable que el debilitamiento de las monedas de los países emergentes dé un impulso a sus economías a corto plazo", enfatizan los analistas citados por el periódico Financial Times.