"Nuestro Gobierno no es el responsable por el desmonte de las estructuras de las agencias ambientales", dijo el vicepresidente en la rueda de prensa posterior al encuentro virtual, según recoge el diario O Globo.
Mourao asumió dificultades por las restricciones presupuestarias y por la prohibición de contratar a personal público, y también defendió al ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, diciendo que las críticas que recibe "no son justas".
El ministro de Medio Ambiente ha sido muy cuestionado desde el inicio de su gestión por poner obstáculos al trabajo de los órganos que dependen de él y que deberían luchar contra la deforestación, y por impulsar al mismo tiempo cambios legales que agradan al sector agrícola y ganadero.
El vicepresidente brasileño asumió que es "obvio" que los grandes inversores internacionales quieren ver resultados palpables en la lucha contra la deforestación.
Esta misma semana, un total de 38 presidentes de algunas de las mayores empresas brasileñas y multinacionales que operan en el país dirigieron una carta al vicepresidente pedir acciones urgentes ante la mala imagen de Brasil en el exterior, por el riesgo que supone para sus negocios.
Hace dos semanas, otra carta firmada por 29 instituciones financieras que gestionan más de 3.700 millones de dólares en activos pidieron que Brasil tome medidas contra la deforestación si no quiere poner en riesgo inversiones millonarias.