Coltan Scrivner, psicólogo de la Universidad de Chicago, sospechaba que había cierto patrón entre el tipo de cine que se prefiere y la forma en que se reacciona a situaciones críticas.
Por eso analizó cómo está relacionada la curiosidad morbosa (el deseo de ponerse en situaciones poco deseables) con el interés en películas sobre amenazas, en general, y sobre virus y pandemias, más concretamente.
En otras palabras, los amantes de las películas que muestran catástrofes, han superado con más facilidad la pandemia de coronavirus que el resto de personas.
Eso es porque, "si es una buena película, te atrapa y tomas la perspectiva de los personajes, de manera que estás ensayando involuntariamente los escenarios (...). Lo has visto cientos de veces en las películas, por lo que no te pilla tan desprevenido", dijo Scrivner a The Guardian.
Está claro que 2020 está poniendo a prueba la salud mental de todos, y pequeñas cosas que considerábamos tan banales como ver películas han resultado ser una ayuda inesperada. Quizá esto sea una señal para que prestemos más atención a cómo alimentamos nuestro mundo interno.